A CANÇÃO A CRISTO CRUCIFICADO
Na Páscoa de 2014, trouxemos aos nossos leitores a tradução da primeira estrofe desse sentido poema de Miguel Sanchez, sobre quem muito pouco se sabe. O The Oxford Book of Spanish Verse, reedição de 1969, que traz os versos no original nas páginas 169/172, consigna apenas que o autor teria provavelmente nascido em Valladoli e falecido em Placencia, sem contudo precisar as datas, e que tudo o que se sabe sobre ele é que era chamado de El Divino.
Havíamos prometido dar o poema todo, em espanhol, já que sua tradução não nos pareceu corresponder à emotividade contida no original, e por isso aqui o transcrevemos na íntegra, juntamente com nossa canhestra tentativa de transladar-lhe as estrofes finais:
MIGUEL SANCHEZ
Canción a Cristo crucificado
Inocente Cordero,
En tu sangre bañado,
con que del mundo los pecados quitas,
del robusto madero
por los brazos colgado,
abiertos, que abrazaste a mi me incitas;
ya que humilde marchitas
en color y hermosura
dese rostro divino
a la muerte vecino
antes que el alma soberana y pura
parta para salvarme,
vuelve los mansos ojos a mirarme.
Ya que el amor inmenso,
con último regalo,
rompe de tu grandeza las cortinas,
y con dolor intenso,
arrimado a ese palo,
la cabeza clavada con espinas
hacia la Madre inclinas;
ya que la voz despides,
bien de entrafias reales,
y las culpas y males
a la grandeza de tu Padre pides
que sean perdonados,
acuérdate, Senior, de mis pecados.
Aquí, donde das muestras,
de maniroto y largo,
con las manos abiertas con los clavos,
y que las culpas nuestras
has tomado a tu cargo;
aqui, donde redimes los esclavos:
donde por todos cabos
misericordia brotas,
y el generoso pecho
no queda satisfecho
hasta que ef cuerpo de la sangre agotas;
aquí, Redentor, quiero
llegar a tu juicio yo el primero.
Aqui quiero qÚe mires
a un pecador metido
en la ciega prision de sus errores;
que no temo te aíres
en mirarte ofendido,
pues abogando estás por pecadores,
y las culpas mayores
son las que mas declaran
tu noble pecho santo,
de que te precias tanto;
pues cuando las mas graves se reparan,
en mas tu sangre empleas
y mas con tu clemencia te recreas.
Por mas que el peso grave
de mi culpa presente
cargue sobre mi flaco y corvo cuello,
que tu yugo suave
aacude inobediente,
quedando en dura sujecion por ello
y aunque la tierra huello
con pasos tan cansados,
alcanzarte confio;
que, pues por el bien mio
tienes los soberanos pies clavados
en un madero firme,
seguro voy que no podras huirme
Seguro voy, Dios mio,
que, pues yo lo deseo,
he de llegar de tu clemencia al puerto;
que tu corazon frio,
a quien ya claro veo
por las ventanas dese cuerpo abierto,
está tan descubierto,
que un ladrou maniatado,
que lo ha contigo a solas,
con dos palabras solas
te lo tiene, piadoso Dios, robado ;
y si aguardamos, luego,
porque te acierta, das la vida a un ciego.
A buen tiempo he llegado,
pues es cuando tus bienes
repartes en el Nuevo Testamento;
si a todos has mandado
cuantos presentes tienes,
tambien yo ante tus ojos me presento;
aquí, en solo un momento,
a la Madre hijo mandas,
al discípulo Madre,
el espíritu al Padre,
gloria al ladron. Pues entre tantas mandas
ser mi desgracia puede
tanta, que solo yo vacío quede!
Mirame, que soy hijo,
aunque mi inobediencia
justamente podrá desheredarme
pues tu palabra dijo
que hallara clemencia
siempre que a Ti viniese a presentarme.
Aquí quiero abrazarme
a los pies desta cama,
donde morir te veo ;
que si, como deseo,
oyes la voz piadosa que te llama,
en tu clemencia espero
que, siendo hijo, quedaré heredero.
Por testimonio pido
a cuantos te estan viendo
como a este punto hajas la cabeza:
señal que has concedido
lo que te estoy pidiendo,
como siempre esperé de tu grandeza.
Oh inefable largueza !
caridad verdadera!
pues como sea cierto
que, el testador no muerto,
no tiene el testamento fuerza entera,
tan magnánimo eres,
que porque todo se confirme mueres.
Cancion, de aquí no paso;
las lágrimas sucedan
en vez de las palabras que me quedan
cual lo requiere el lastimoso caso :
no canta mas agora
pues que la tierra, mar y cielo llora.
Tentativa de tradução das últimas estrofes:
Olha-me, teu filho sou;
Embora a minha desobediência
Possa justamente deserdar-me,
Eis que teu verbo anunciou
Que eu acharia clemência
Sempre que a Ti viesse a apresentar-me.
Aqui quero, pois, abraçar-me
Aos pés dessa cama
Em que morrer te vejo;
Que se, como desejo,
Ouves a voz piedosa que Te chama
Tua clemência requeiro
Pois, sendo filho, ficarei herdeiro.
…….
Canção, daqui não passo
Que as lágrimas me venham
Em vez das palavras que ainda tenha
Como requer o lastimoso caso;
Não cantes mais agora
Pois é a terra – o mar e o céu – que chora.
Pois eu acho que v deveria traduzir todo o poema, o que, estranhamente, começou a fazer – e muito bem – pelo final e ali ficou.
Caro amigo,
na verdade comecei pelas primeiras estrofes que publiquei aqui na Páscoa de 2014. Quis tentar agora traduzir todo o poema, mas embatuquei em vários trechos e acabei só fazendo o final. Se conseguir, um dia, fazer todo o poema quero publicá-lo com sua magnífica ilustração. Abraços pascais, Ivo
A ilustração me manda lhe dizer que se sente imensamente honrada com a tradução do poema todo, que – tem certeza – sairá muito antes do que você imagina.